POR BARBIE MURANO
“¡Lanzad el uno!” es otro relato de acción ambientado en el Pacífico y, tal como su nombre lo indica, con predominio de lucha acuática. A su vez contiene una interesante trama en tierra a cargo de un comando especial.
En tiempos de paz, Fred Demmick es un inspector de policía, agobiado por una dura tarea: colaborar con la parte demandante en el juicio contra Al Early, su futuro cuñado. El jovencísimo Al, acusado de intento de homicidio durante una riña, es declarado culpable y condenado a diez años de prisión. Carol Early, la hermana de Al, rompe el compromiso con Fred. Los tres personajes quedarán distanciados por las dramáticas circunstancias, pero luego de más de una década la guerra volverá a juntarlos.
Ahora Fred es capitán del Silent, un submarino ultramoderno con una riesgosa misión entre manos: descubrir la ruta del petróleo por medio de la cual los japoneses logran pasar el combustible desde el continente hasta su base en Sumatra. En esta misión se verán secundados en tierra por un “commando” de valientes malayos dirigidos por un hombre blanco a quién llaman “Saboa” (la sombra), una especie de héroe oscuro y legendario a quién pocos han visto y del que Fred, por supuesto nada conoce, ni siquiera su rostro.
Carol Early es enfermera en un navío de la Cruz Roja. Se ha convertido en una profesional dedicada a quien todos admiran y respetan, aunque ella se muestra siempre distante, abrumada por alguna pena.
De Saboa nada se nos adelanta, excepto que su vida entera es un misterio; para más tarde, muy avanzada la trama, descubrirnos que se trata de Al Early, redimido de su crimen y transformado en un bravo guerrero políglota.
Su “commando” deberá infiltrarse en Sumatra y disfrazado de comerciante de caucho holandés, Saboa trabará relación con el enemigo. Mientras, sus hombres recorren el terreno en busca de pistas, acabando por descubrir la utilización de indígenas a quienes los japoneses torturan obligándolos a ser sus mulas. El petróleo es trasladado en barcazas precarias de las que nadie sospecharía, casi invisibles a los radares; un gran truco.
El relato abunda en emocionantes batallas submarinas llenas de intensos y reiterados lanzamientos de torpedos -el uno, el dos, el diez!-, grandes derramamientos de petróleo –parece que en esa época no llamaban tanto la atención los pobres bichos intoxicados- y por supuesto, el clásico y espeluznante sadismo nipón.
Al final, tras la exitosa misión, Fred encuentra a su ex novia y a Saboa, se reanuda el romance y la amistad y concluye la historia con una notable enseñanza cuando Al le confiesa a su cuñado:
“La vida es así, hermano. Tu, en contra de tu corazón, hiciste justicia conmigo y , al mismo tiempo, me colocaste en el verdadero camino de la vida. Sin aquel castigo ejemplar, Dios sabe adónde hubiese llegado aquel joven alocado que yo era entonces.”
Novelita de lujo, y de todas las bélicas que tuve oportunidad de leer, la que más disfrute: pura acción y aventuras. Lanzadlos todos!!!
1 comentario:
Me gsuto mucho barbie!
ya decia yo que las mujeres tambien tenemos nuestro talento.
abrazo y salu2
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