En esta novela,
una de las más entretenidas que publicó Lecha
en LCDE, colección en la que apareció con el nº 68 en 1971, el autor nos
presenta a una criatura sorprendente. Pero no adelantemos acontecimientos y
pasemos a explicar brevemente de qué va la cosa.
La historia
comienza cuando una nave exploradora de la Tierra se dispone a tomar posesión
de un planeta recién descubierto. Apenas desembarcados, los exploradores son
atacados por… ¡una turba de jinetes vestidos y armados a la usanza del viejo
Oeste americano! Los expedicionarios no dan crédito a lo que ven, pero antes de
que puedan reaccionar son eliminados. Todos menos el capitán, Dan Harris, que consigue regresar con la nave a la Tierra.
Cuando relata lo ocurrido, es sometido a juicio y declarado oficialmente
demente e internado en una institución psiquiátrica, pues nadie cree su
alucinante historia.
La LCA (Liga de
Comandantes de Astronave) a la que pertenecía Harris, estudia el caso. Darryl
Brabben, uno de sus miembros más prominentes, aboga por realizar una
investigación in situ, pues siempre ha considerado a Harris como un hombre equilibrado y piensa que debe haber algo de
cierto en su historia, por descabellada que pueda parecer. Además, se han
perdido ciento treinta y seis vidas y a juicio de Brabben se debe averiguar qué ocurrió en realidad. Por otra parte,
la investigación es absolutamente necesaria desde el punto de vista de la
seguridad de la navegación espacial.
Tras una enconada deliberación, se decide que la LCA debe hacerse cargo de las
investigaciones, pues ningún otro organismo tiene intención de hacerlo. Aunque
en un principio se pretende designar a Brabben
como director de la comisión investigadora, éste rechaza la propuesta, ya que todavía se
halla convaleciente de un accidente en el que perdió una pierna, que le fue
reemplazada mediante un trasplante. No obstante, a la larga los acontecimientos
obligarán a Darryl Brabben a
investigar personalmente el asunto. Lo que acabará descubriendo será algo terrible
y fantástico a la vez.
“La araña espacial” me enganchó desde sus primeros párrafos, impeliéndome
a leerla de un tirón. Se trata indudablemente de uno de los mejores relatos que
el riojano escribió para LCDE. Lecha
retomaría a otros seres similares al descrito en esta novela en al menos un par
de bolsilibros más, que también destacan como obras estimables dentro de su
producción literaria. Pero, si no me equivoco, ésta fue la primera vez que el
novelista riojano utilizó a una criatura semejante en un relato, y lo hizo a
todas luces con una gran habilidad, pergeñando una historia amena e intrigante
como pocas de las que vieron la luz en LCDE. Disfrutadla, pues se trata,
insistamos en ello, de uno de los mejores bolsilibros de ciencia ficción de Luís García Lecha, Glenn Parrish.
Antonio Quintana
Diciembre de 2015
No hay comentarios.:
Publicar un comentario