Luís García Lecha siempre mostró un gran interés por la
ciencia ficción de temática robótico, escribiendo numerosos relatos
protagonizados por esos autómatas, entre los que destacan los de Kabé. No es casual que su primera colaboración
en LCDE, con el nº 2 nada menos, fuese una novela titulada “¿Hombre o robot?”. “El largo
día de los robots”, nº 64 de la famosísima colección de Bruguera, aparecida
en noviembre de 1971, es otro de los amenos relatos robóticos que nos legó el
autor riojano afincado en Barcelona.
La acción transcurre en la Tierra, donde tras una
espantosa guerra que ha aniquilado a la inmensa mayoría de la humanidad, ha resurgido
una civilización pacífica y muy avanzada. Los terrestres llevan una existencia
en apariencia idílica, servidos por una legión de androides que realizan hasta
las funciones más insignificantes que antes desempeñaban los humanos. Pero todo
comienza a cambiar cuando una camarera robot asesina a dos clientes, un hecho
inaudito. Esto será el inicio de una serie de extraños incidentes en la que se
ven implicados los robots.
Mientras tanto, Jan
Varga, nuestro protagonista, se dirige a la Tierra en su nave, procedente
de Olyshoor-11, pues ansía conocer el
planeta de sus mayores. Los sensores de su nave captan una señal de socorro
emitida desde el planeta Rogos. Cuando se dirige al rescate de quien envió tal
señal, su astronave es atacada y Varga
repele la agresión, destruyendo un navío espacial edmoriano, procediendo luego
al rescate de la persona que transmitió la señal de auxilio, una mujer terrestre
llamada Helena 3Otkos, a la que
transporta a la Tierra. Ya en ésta, cada uno se dedica a sus asuntos, pero
pronto volverán a coincidir y, juntos, habrán de hacer frente a una situación
extrema, relacionada con los robots que tanto proliferan en la Tierra y que
empiezan a comportarse de un modo irracional y violento, lo que les lleva a
sospechar que los androides planean rebelarse contra sus amos humanos. Las
averiguaciones de Jan y Helena les inducen a creer que los
robots pueden estar siendo manipulados por un tal doctor Otthan Orlid, experto en robótica avanzada. Pero la realidad es aún
más terrible.
Un detalle interesante se refiere a los apellidos de
los terrestres. En la época en que transcurre el relato, y según el autor, los
habitantes de la Tierra anteponen una cifra a su apellido, correspondiendo ésta
al número de generaciones que han ostentado tal apellido. Así pues, Helena 3Otkos se corresponde con la
tercera generación apellidada Otkos.
Novela sencilla y sin pretensiones, “El largo día de los robots” ofrece un par de horas de amena
e intrascendente lectura. Pura literatura bolsilibresca. No se puede pedir más.
Antonio Quintana
Noviembre de 2015
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