GB/1974
TÍTULO
ORIGINAL: THE LEGEND OF SEVEN GOLDEN VAMPIRES.
DIRECCIÓN: Roy Ward Baker y Chang Che (sin acreditar).
PRODUCCIÓN: Don Houghton y Vee King Shaw para Hammer
Films/Shaw Bros.
GUIÓN: Don Houghton.
FOTOGRAFÍA: John Wilcox y Roy Ford en Eastmancolor.
DISEÑO DE
PRODUCCIÓN: Johnson Tsao.
MÚSICA: James Bernard.
DURACIÓN
APROXIMADA: 89 minutos.
REPARTO: Peter
Cushing (Dr. Van Helsing); David
Chiang (Hsi Tien-an/Hsi Ching); Julie
Ege (Vanessa Buren); Robin Stewart
(Leyland Van Helsing); Shi Szu (Hsi
Mei-Chiao); John Forbes Robertson
(Conde Drácula); Robert Anna (Cónsul
británico); James Ma (Hsi Ta); Liu Chia-yung (Hsi Kwei); Tien-Loong (Hsi San).
SINOPSIS
Hasta Transilvania llega un monje chino, guardián del
culto de “Los siete vampiros de oro”, para invocar al conde Drácula y solicitar su ayuda. El señor
de las tinieblas acepta, y tras adoptar apariencia oriental, se traslada a
China para ponerse al frente de la horda vampírica.
Muchos años después, el
doctor Van Helsing, la máxima
autoridad mundial en vampirismo, da una conferencia sobre el tema en una
universidad china, ante el escepticismo y las indisimuladas burlas de los
alumnos de la misma. Sin embargo, uno de los jóvenes asistentes a la charla, Hsi Ching, sabe que Van Helsing está en lo cierto, que los
vampiros existen, porque su aldea natal, llamada Ping Kwei, es asolada cada
cierto tiempo por la secta satánica de “Los siete vampiros de oro” y su
ejército de “no-muertos”. Deseoso de salvar a su aldea de la maldición que
sobre ella pesa, Hsi Ching logra que
Van Helsing acceda a ayudarle a
organizar una expedición para acabar con los vampiros. Una joven y bella viuda
rica ansiosa de vivir aventuras, Vanessa
Buren, se ofrece a financiar el proyecto a cambio de ir con ellos.
KUNG FU CONTRA LOS SIETE VAMPIROS DE ORO fue la última de las grandes películas
de terror de la Hammer Films y una de sus cintas más originales. Pocas veces ha
logrado el cine una hibridación de géneros tan perfecta como en este aclamado film
del maestro Roy Ward Baker. El
proyecto tenía todas las papeletas para devenir en un fiasco denostado por
público y crítica, pues combinar artes marciales y terror vampírico parecía, a
priori, una idea demencial. Pero lo cierto fue que la cinta no sólo se
convirtió en una de las más exitosas de su tiempo, sino también en una de las
producciones Hammer mejor valoradas por los fans del legendario Estudio
británico.
El film que nos
ocupa surgió como efecto colateral del
tremendo éxito obtenido un año antes por OPERACIÓN
DRAGÓN (ENTER THE DRAGÓN, Robert Clouse, 1973), la mejor película
que protagonizó el malogrado Bruce Lee.
Pero en honor a la verdad, hay que decir que, al menos en una ocasión, la
Hammer había acariciado la idea de ambientar las aventuras del conde Drácula en el misterioso Oriente, en un
intento por revitalizar una saga que a finales de los sesenta ya mostraba
síntomas de agotamiento. De hecho, en los archivos de la productora acumulaba
polvo el guión de un proyecto nunca realizado,
KALI, LA NOVÍA DIABÓLICA DE DRÁCULA (KALI, DEVIL-BRIDE OF DRACULA), que fue recuperado para emplearlo
como parte de la base argumental de la cinta que nos ocupa. Así pues, la Hammer
firmó un acuerdo con Run Run y Vee King Shaw, propietarios de Shaw Brothers, principal productora de
películas de artes marciales de Hong Kong, para rodar un film que combinara
eficazmente el cine de terror vampírico con el de Kung Fu.
Este curioso
experimento cinematográfico, muy arriesgado desde cualquier punto de vista, dio
como resultado no sólo una cinta de gran éxito comercial, sino también uno de
los films más interesantes de la carrera profesional de Roy Ward Baker, a mi
juicio el director más importante de la Hammer tras Terence Fisher y Val Guest. Baker
consiguió sacarle un gran partido al endeble guión de Houghton, logrando construir un film más que correcto, que
devendría en la última obra fantástica de calidad producida por la Hammer. En
este sentido, cabe señalar que el mayor mérito del director residió en su
habilidad para recuperar, al menos en parte, la característica e inconfundible
atmósfera gótica que cimentó la grandeza de los legendarios Estudios
británicos. Fue por tanto, como ya he comentado, la última buena cinta de
terror de Hammer Films, ya que la película que cerraría de forma oficial la
producción fantástica del Estudio sería la prescindible LA MONJA POSEÍDA (TO THE DEVIL… A DAUGHTER, Peter Sykes, 1976).
Lo que más llama
la atención en KUNG FU CONTRA LOS SIETE VAMPIROS DE ORO es su perfecta
armonía genérica. Nada chirría en el conjunto. La mezcla terror gótico/artes
marciales funciona a las mil maravillas, como si hubiese sido elaborada por una
suerte de alquimista del arte cinematográfico. Tal grado de fluidez y
coherencia estética y narrativa en un film casi experimental como éste se debe,
quizá, a las aportaciones de Chang Che
(1933-2002), el realizador más prolífico del cine de artes marciales
orientales, quien al parecer codirigió la cinta, aunque sin acreditar y
ocupándose de las escenas de acción.
KUNG FU CONTRA LOS SIETE VAMPIROS DE ORO tenía todos los ingredientes necesarios
para triunfar en taquilla, y triunfó. Por desgracia, esta magnífica y modélica
cinta de género significó el canto del
cisne de la otrora potente Hammer Films, y el final de una época gloriosa del cine
fantástico de sello europeo.
Antonio Quintana Carrandi
Febrero 2014
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