POR ANTONIO QUINTANA CARRANDI
Publicada en abril de 1980, con el nº 504 de LCDE, y una sugestiva cubierta de Jorge Sampere, Misión 1/1000 bebe de la fuente de uno de los grandes clásicos del género: Viaje alucinante, novelización realizada por Isaac Asimov del clásico cinematográfico homónimo dirigido por Richard Fleischer en 1966.
Clyde Hobart, agente de la Inteligencia Terrestre, es encargado de una peligrosísima misión. Debe recuperar los planos de un artefacto increíble, desarrollado por los científicos terrícolas, con el que se puede reducir de tamaño cualquier cosa, incluso seres vivos. Los espías de la reina Gudrun, del planeta Kuastil, se han apoderado del secreto del denominado Procedimiento R, y el gobierno de la Tierra teme que la siniestra monarca proyecte construir una reductora, de tamaño suficiente para reducir un planeta a las dimensiones de un balón de fútbol, con lo cual podrían arrancarlo de su órbita y llevárselo a su Sistema, con el fin de esclavizar a su población y apoderarse de todos sus recursos. A Hobart la cosa no le hace ninguna gracia, y mucho menos cuando le informan del modo en que deberá viajar hasta Kuastil: reducido de tamaño a una escala de 1/1000 (de ahí el título), y alojado en el interior de un rubí hueco que el profesor Ralston, uno de los creadores de la reductora, llevará en el alfiler de su corbata. Hobart acepta la misión, a pesar de sus reticencias iniciales, y es reducido de tamaño. Pero cuando se está iniciando el proceso, la doctora Syra Hunt, miembro preeminente del equipo de Ralston, entra distraídamente en el laboratorio y es reducida también. La máquina reductora sufre un cortocircuito que la inutiliza temporalmente, por lo que la mujer se verá obligada a acompañar a Hobart en su audaz misión.
El plan es relativamente sencillo. Ralston acude a Kuastil invitado por la Universidad Máxima de dicho mundo, en cuyo claustro debe pronunciar un discurso. Tras la apertura del curso escolar, se ofrecerá una recepción en el Palacio Real, a la cual, obviamente, está invitado el científico terrestre. Una vez allí, Hobart abandonará el alfiler de corbata con un propulsor individual y un equipo especial, que incluye una taladradora de gran potencia y una reductora portátil. Cuando nuestro héroe llegue al despacho privado de la reina, perforará un túnel en el metal de la caja fuerte, a través del que accederá a su interior. Localizados los planos, deberá emplear la pequeña pero potente reductora portátil para reducirlos de tamaño y poder manejarlos con facilidad. Hecho esto, regresará al alfiler de corbata, que Ralston cambiará con el del embajador de la Tierra en Kuastil, pues ambos hombres llevan idéntico alfiler, que es la insignia de la Universidad en la que ambos se graduaron. En esencia, la cosa parece fácil. Pero todo se complica cuando, una vez en el Palacio de Gudrun, ésta le pide al profesor un pequeño favor personal. En uno de sus viajes a la Tierra, Gudrun recibió el doctorado honoris causa por la Universidad Máxima Terrestre, y también el símbolo de dicha Universidad; es decir, un alfiler de corbata como el de Ralston. Alegando que ha perdido dicho alfiler, Gudrun pregunta al científico si le importaría cederle el suyo. Ralston trata en vano de excusarse, pero ella le ofrece a cambio una copia de dicho alfiler que ordenó hacer al perder el original, copia que es mucho más valiosa que el verdadero, ya que éste lleva un rubí artificial, mientras que la réplica de Gudrun tiene uno auténtico. Evidentemente, es una trampa, pero Ralston no puede negarse al canje, so pena de provocar un incidente diplomático. Y así, Hobart y la doctora Hunt caen en manos de la pérfida Gudrun, que está al tanto de la misión 1/1000 gracias a su perfectísima red de espionaje en la Tierra. Gudrun, con quien Hobart mantuvo ciertas relaciones en el pasado, tiene una tremenda ambición de poder y unos enormes deseos de vengarse de Clyde, que la rechazó en el pasado. La reina de Kuastil hace reducir una isla con todo lo que contiene, y ahí confina a la pareja, que pasarán a ser sus mascotas microscópicas, mientras sus científicos ultiman la construcción de la gran reductora de alcance planetario, con la que piensa miniaturizar la Tierra para apoderarse de ella. La suerte parece echada para nuestros héroes. Hobart llevaba consigo una tableta, similar a una aspirina, que debería emplear sólo en caso extremo, y que le permitiría recuperar su tamaño normal en apenas unos segundos. Pero Gudrun les ha despojado de todo, incluida dicha tableta. De haber estado solo, esto habría significado el fin de la misión. Pero Syra Hunt está con él, y se da la circunstancia de que la valerosa muchacha fue quien descubrió la fórmula de la tableta de crecimiento acelerado. El 99% de sus componentes son vegetales, y el 1% restante minerales. Syra cree que puede sintetizar el producto a partir de las plantas de la isla, y ambos jóvenes se ponen manos a la obra, incansables al desaliento. Pronto consiguen su objetivo. Pero, tras recuperar su tamaño normal, deberán emprender una carrera contra reloj para neutralizar los siniestros planes de Gudrun, que ya están bastante avanzados. Por fortuna para ellos, contarán con la inesperada colaboración de un grupo de militares y políticos de Kuastil que están hartos de la tiranía de Gudrun y su camarilla.
Lo que más destaca de esta novela, aparte de la desbordante imaginación de su argumento, es su sentido del humor. Misión 1/1000 encierra algunos de los pasajes más cómicos vistos, o mejor dicho, leídos, en una novela de LGL. La comicidad se desborda sobre todo en los primeros capítulos, gracias sobre todo al personaje de Syra Hunt, versión femenina del científico despistado, dotado de un cociente intelectual fuera de serie, pero capaz de provocar los mayores desastres con sus inoportunas distracciones. El autor trató el tema de la miniaturización en otras novelas del género, pero ésta es sin duda la mejor que escribió sobre dicha temática. Disfrutémosla, pues vale la pena.
1 comentario:
He tenido ocasión recientemente de disfrutar de su lectura. Novela altamente recomandable para todos los amantes de la cifi, entretenida y llena de imaginación. Si la teneis a vuestro alcance, no lo penseis dos veces e incorporarla a vuestra bolsiteca.
Saludos.
jaberasa
http://bolsilibrosblog.blogspot.com/
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