Número 62 de la
serie “Ciencia Ficción”, de Ediciones
Toray, “Marte, base de ataque” es
otra de las divertidas novelas que Lecha,
firmando con el más popular de sus seudónimos, Clark Carrados, dedicó al planeta rojo.
Una nave espacial,
procedente de Marte, se aproxima a la Tierra. Su único tripulante, Tony Zeiss, transmite un angustioso
mensaje por radio. Según él, el cuarto planeta está siendo utilizado como una
base desde la cual unos alienígenas van
a lanzar un ataque contra nuestro mundo.
Poco después, la nave se estrella y a Zeiss, segundo jefe de la primera colonia humana en Marte, conocida
como “Camp Vickary”, se le da por
volatilizado al no encontrarse su cuerpo. Pero milagrosamente Zeiss ha sobrevivido, y poco después
llega a una casa de campo, propiedad de Peggy
Styles, en la que también se
encuentra casualmente el capitán astronauta Reynold Tloth, que ha sufrido una herida durante una jornada de
pesca y se ha acercado a la vivienda en busca de ayuda. Se da la circunstancia
de que, momentos antes de la aparición de Zeiss,
Reynold y Peggy estaban comentando los recientes acontecimientos, pues Mike, el hermano de la muchacha,
formaba parte de la dotación de la colonia marciana. Zeiss, gravemente herido y bajo los efectos de un tremendo shock,
es ingresado en el hospital astronáutico.
Una nave de
socorro comienza a ser alistada, pues se ha perdido todo contacto con la
colonia de Marte y la División de Astronáutica de la ONU teme lo peor. Ante la
imposibilidad de obtener más información de Zeiss, cuya vida pende de un hilo, uno de los médicos sugiere que
podrían recurrir a un aparato denominado “electroencefalocámara”
inventado por un tal profesor Curton,
pero el doctor Copperfield
despotrica contra Curton tachándole
de farsante. Reynold y Peggy, que han escuchado por casualidad
la conversación de los doctores, deciden ir a ver a Curton con la intención de valorar si su invento puede ayudarles a
descubrir lo ocurrido en “Camp Vickary”.
La “electroencefalocámara” es, según
su inventor, un aparato que permite visualizar el pensamiento de una persona en
una pantalla y obtener una placa fotográfica del mismo. Peggy, ansiosa por tener noticias de su hermano, se somete al
aparato de Curton y el resultado es
impresionante. Aunque a regañadientes, a Copperfield
no le queda más remedio que permitir que Curton
someta al yacente Zeiss a su
máquina, y el pensamiento fijado fotográficamente del segundo jefe de “Camp Vickary” es tan sorprendente que
provoca la perplejidad más absoluta en los asistentes a la prueba. Es algo tan…
sin sentido, que Curton, asombrando
a todos, propone reactivar la mente de Zeiss,
que se encuentra en coma, para saber lo que ocurrió realmente. Curton asegura que él puede hacerlo y
las autoridades le dan carta blanca. Pero Zeiss
es asesinado. Poco después un extraño accidente destruye la nave que estaba
siendo alistada para socorrer a “Camp
Vickary”. Una terrible amenaza se cierne sobre la humanidad, y Reynold Tloth y Peggy Styles deberán conjurarla con la ayuda del profesor Curton.
“Marte, base de ataque” es uno de los más amenos relatos de ciencia ficción
escritos por Lecha en su época de
Toray. A pesar de su condición de modesto bolsilibro, todavía hoy, cuarenta y
cuatro años después de su publicación, conserva buena parte de su interés.
Aventura, acción e intriga en un relato fantástico de 126 páginas que sin duda
satisfará a los amantes de la literatura bolsilibresca. Una pequeña gran novela
que vale la pena leer.
Antonio Quintana
Marzo de 2015
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