Hoy no voy a reseñar un bolsilibro, sino una película basada en la
novela “El hombre y el miedo”, de nuestro admirado Lou Carrigan.
LA DILIGENCIA DE LOS CONDENADOS posee todas las características
propias del denominado “Spaghetti Western”, pero es muy superior a otras
producciones de ese sub-género cinematográfico gracias al buen hacer de Juan
Bosch (John Wood en las copias comercializadas fuera de España), que utilizando
como base del guión la excelente novela de Carrigan, logró pergeñar un western
modesto pero muy digno, que capta admirablemente el espíritu de la prosa
carriganiana y se revela como uno de los títulos más aceptables de la abundante
cosecha de westerns almerieños que se rodaron en los años 60 y parte de los 70.
El reparto está compuesto por una pléyade de buenos actores que, sin
ser primeras figuras de la interpretación, se batieron el cobre en numerosas
producciones de bajo presupuesto y casi siempre con resultados notables. El
protagonismo recae sobre Richard Harrison, un nombre habitual del “Spaghetti
Western”, que desempeña su labor sin las sobreactuaciones tan caras a algunas
“estrellas” del sub-género. Pero como siempre, cuando de Western hispano se
habla, quien más destaca es Fernando Sancho, aquí encarnando por enésima vez su
papel característico de bandido mejicano, que le hizo tremendamente popular y
querido por el público.
El argumento es de lo más tópico, pero aun así funciona muy bien. Unos
forajidos asaltan un rancho y asesinan a sus moradores, siendo posteriormente
arrestados. El único testigo de los hechos se dirige a la ciudad para
testificar en el juicio contra los pistoleros, pero la diligencia en la que
viaja es interceptada por Ramón Sartana y sus hombres, que retiene en una
parada de postas a todos los pasajeros para evitar que el testigo pueda declarar
contra su amigo, que en cierta ocasión le salvó de la horca. Sartana no conoce
la identidad del testigo, así que trata de averiguarlo por todos los medios.
Por desgracia para él y sus hombres, el encargado de la estación de postas es
un antiguo pistolero, que está dispuesto a hacer lo que sea para proteger a su
mujer y a su hijo.
La ambientación es la adecuada, y las escenas de acción, aunque
sobrias, están muy conseguidas, algo en lo que desgraciadamente fallaban muchos
de esos Westerns almerieños. En general,
LA DILIGENCIA DE LOS CONDENADOS es una cinta aceptable y muy
entretenida, que se ve con agrado y que no decepciona.
Puesto que soy un gran aficionado a las armas de fuego antiguas, permítaseme
comentar algo sobre las que aparecen en esta película.
Se ven varios rifles de
palanca, seguramente copias europeas de los modelos clásicos de “Remington” y
“Winchester”. Sin ir más lejos, en la fábrica de armas de Oviedo, a un tiro de
piedra de donde vivo, se produjeron numerosos “Winchesters” destinados a la
policía de ferrocarriles y a la Guardia Real, y muchas de estas armas se
emplearon en la Guerra Civil. Hay una foto de la época que muestra al
socialista Largo Caballero con una de ellas. En el film también hay una gran variedad de armas cortas, algunas de
las cuales no se corresponden en absoluto con la época del Salvaje Oeste.
Sartana, por ejemplo, lleva un revólver cuya marca y modelo no he podido
reconocer, pero que se trata indudablemente de una pistola fabricada bien
entrado el siglo XX, pues cuando la abre para comprobar la carga se aprecia su
diseño más o menos moderno, y además tiene un cilindro que se abate hacia el
lado izquierdo. Otro de los revólveres se asemeja mucho a los “Smith &
Wesson”, pues el conjunto cañón/tambor bascula hacia delante, como en los
modelos típicos de esa firma armera comercializados en USA durante el siglo
XIX. No obstante, dudo que se trate de un “Smith & Wesson” auténtico, pues
en Europa se fabricaron a mansalva copias baratas de los revólveres más
populares en Estados Unidos. Los mejores los sacó al mercado la empresa vasca
“Anitua Charola”, que desarrolló sus propias versiones, más corrientes pero de
calidad no muy inferior, de las pistolas producidas por “Smith & Wesson”. En
la cinta no se aprecia con claridad qué tipo de revólver es, por lo que también
podría tratarse de algún ejemplar de “Webley” británico de calibre mediano. La
mayoría de las pistolas que aparecen en la cinta son de doble acción, es decir,
que pueden disparar sin necesidad de montar el percutor a cada disparo, lo que
aumenta su cadencia de tiro. Durante la conquista del Oeste, aunque hubo muchos
modelos de doble acción, la gente prefería las armas cortas de acción simple,
ya fueran de percusión o cartucho metálico. En 1871 “Colt” sacó al mercado el
revólver “Army Single Action” en calibre 45, que fue adoptado como el arma
corta reglamentaria del ejército de los Estados Unidos dos años después, por lo
que a veces se le conoce como modelo 1873. Tuvo un éxito tremendo, lo que animó
a la empresa de Hartford, Connetticut, a lanzar una versión recamarada para el
calibre 44/40, que era el mismo que empleaba el mítico rifle “Winchester 73”.
El “Colt Army Single Action” fue bautizado popularmente como “Frontier” (“Fronterizo”),
por ser el arma corta más común usada por los hombres de la frontera del Oeste,
o “Peacemaker” (“Pacificador”), pues era la pistola favorita de los llamados
“domadores de ciudades”, que “pacificaban” las poblaciones sometidas al yugo de
los pistoleros. Además de en 44/40 se fabricó en prácticamente todos los
calibres existentes y con diferentes longitudes de cañón. Se trata del “Colt”
por excelencia, un arma sencilla, fiable y precisa que todavía hoy, ciento
cuarenta y cinco años después de su salida al mercado, se fabrica en numerosos países. Lo más
curioso es que, en un tiempo en que apenas se prestaba atención a lo que se ha
dado en llamar ergonomía, la culata clásica de estos “Colts” estaba tan bien
diseñada que el arma podía ser empuñada correcta y firmemente por cualquiera,
independientemente del tamaño de su mano. En 1877 “Colt” produjo una versión
supuestamente mejorada, idéntica en todo menos en el diseño de la culata y en
el sistema de disparo, que pasó a ser de doble acción. Dicha versión, aunque
fue adoptada por el ejército como arma de ordenanza, no obtuvo mucha aceptación
por parte de los usuarios, que seguían prefiriendo el “Frontier”. Richard Harrison utiliza un “Frontier”
pavonado, de pavoroso aspecto.
Y esto es todo. Tan sólo decir que, recientemente emitida por la
segunda cadena de Televisión Española, LA DILIGENCIA DE LOS CONDENADOS es la
primera película basada en una novela de Lou Carrigan que he tenido el placer
de ver. Como es natural, la he grabado en DVD, y espero que muy pronto la
televisión pública programe algún otro de los films inspirados por las novelas
del maestro barcelones.
Antonio Quintana
Junio de 2016
2 comentarios:
¡¡Felicitaciones amigo Quintana!!
Excelente reseña, para un excelente libro del maestro, que cuenta con una excelente película bastante fiel al libro y que vale la pena ver.
¡Un abrazote desde Chile!
Atte: Odiseo… Legendario Guerrero Arcano.
¡Y con Fernando Sancho!
Sea quien sea ese señor...
Saludos,
J.
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