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viernes, 31 de octubre de 2014

A UN “AMABLE COMENTARISTA”

 
 
 
 
“Bolsi & Pulp”, como cualquier blog, permite introducir comentarios, a fin de que los lectores puedan expresar su opinión sobre los textos publicados. Es ésta una de las características más apreciadas por quien esto escribe, pues siempre es interesante saber lo que piensa quien le lee a uno. Todas las opiniones me parecen respetables, siempre que se argumenten y se expresen con educación. Pero cuando alguien dice cosas como “basta ya de darle espacio a este viejo facha”, está pidiendo a gritos una réplica adecuada. Y aquí está, si Odiseo considera adecuado publicarla.

 
En primer lugar, debo decir que el autor de ese comentario se retrata a la perfección a sí mismo como un individuo intransigente y sectario. No expone su parecer sobre el artículo que dediqué a la sublevación de Varsovia contra los nazis. Se limita a espetar un exabrupto, recurriendo al sobado término “facha” para definirme, palabra que los fanáticos de izquierda aplican a cualquiera que no piense igual que ellos; o sea, a todo el mundo. Pero lo peor no es que me insulte. A fin de cuentas, ser considerado “facha” por alguien así es, si me apuran, casi un elogio. Lo peor es eso de: “basta ya de darle espacio a ese viejo facha”. Con esta frase ese sujeto revela, más allá de toda duda razonable, su mentalidad frentepopulista, pues de ella se desprende que se considera con derecho a decidir lo que debe publicar en su blog Odiseo. Aunque muchos lectores ya lo habrán supuesto, conviene que aclare cierto aspecto de mi colaboración con “Bolsi & Pulp”.  Esta se centra básicamente en el mundo de los bolsilibros, pero no exclusivamente. A veces escribo otras cosas, y algunas se las mando a Odiseo por si le interesa publicarlas. Pero tanto mis trabajos sobre literatura bolsilibresca como sobre otras cuestiones, cualesquiera que sean, son colaboraciones espontáneas. El blog es de Odiseo y él decide qué publica y qué no. Como soy una persona madura y equilibrada, no voy a enfurruñarme si Odiseo decide no publicar algún texto mío, pues nunca cometería el grosero error de considerar que él está obligado a publicarme. Pero ese anónimo comunicante si que parece erigirse en censor máximo de “Bolsi & Pulp”, atreviéndose a exigir a Odiseo que no me dé más “cancha”. La chulería y prepotencia de tal actitud hablan por sí mismas, y poco más se puede decir al respecto. Si acaso, destacar la cobardía del “comentarista”, que en lugar de firmar su comentario con nombre y apellidos, como hago yo, opta por ocultar su identidad para así poder insultar con impunidad.

 
Respecto a “La sublevación de Varsovia y la corrección política”, es un trabajo en el que expongo los hechos históricos tal y como sucedieron. Lo que pasó, pasó, se ponga nuestro “amable” comentarista del derecho o del revés. En cuanto al fascismo y al comunismo, son cara y cruz de la misma moneda criminal. Sí, ha leído bien: CRIMINAL. Porque ambas “ideologías”, colores políticos aparte, emplearon las mismas prácticas deleznables para llevar a cabo sus fines. Pero aún le diré más: siempre estaré en contra de cualquier ideología que anteponga la idea de Estado a la libertad personal. Y en ello incluyo tanto al fascismo y al Nacionalsocialismo, como al comunismo y sus sucedáneos. Si el anomino “comentarista” se hubiera molestado en leerme antes de criticarme, habría descubierto que en muchos de mis trabajos, dedicados al mundo del bolsilibro, abundan las duras críticas contra la censura franquista, que hizo muy difícil en ocasiones la labor de aquellos esforzados trabajadores de la pluma, a los que admiro y que en gran parte no sólo eran de izquierda, sino que incluso estuvieron represaliados por la dictadura. Es posible que ese tipo no conozca todo mi trabajo publicado en el blog, pero también que la tontería ideológica pese más en su carácter que el simple raciocinio. Como sea, su recurso a la descalificación, al insulto puro y duro, refleja a la perfección la calidad intelectual y moral de esta persona.

 
Seguiré colaborando en “Bolsi & Pul” mientras le parezca bien a Odiseo, y me consta que él, que es una persona sensata, responsable e independiente, publicará en su blog aquellos de mis artículos que le parezcan interesantes o adecuados, y rechazará, si así lo juzga oportuno, aquellos que por los motivos que sean no le interesen. Pero jamás me atreveré ni siquiera a sugerirle cierta línea de actuación, porque, repito, suyo es el blog y en última instancia él decide qué se pública y qué no. Y siempre le estaré agradecido por permitirme compartir mis conocimientos bolsilibrescos e históricos con otras personas.

 
Para concluir añadiré que, a pesar del anonimato con que hizo su comentario ese individuo, sospecho que no se trata de ningún habitante de las Américas, pues el término “facha”, que yo sepa, no es muy común por esas tierras, y sí de uso demasiado corriente en España. Pero puedo estar equivocado, por supuesto. Sea como fuere, vaya desde aquí mi más profundo respeto hacia todas las víctimas de los regímenes totalitarios, en especial para aquellos que perdieron la vida en los países gobernados por los adláteres de nuestro anónimo comunicante.

 
Antonio Quintana
Octubre de 2014

jueves, 30 de octubre de 2014

ROBOTS PROHIBIDOS


 
 
 
 
Número 313 de LCdE, aparecida en agosto de 1976,  firmada por Lecha como Glenn Parrish y con una sugestiva cubierta de Salvador Faba, que sería reutilizada para la reedición de “Máquinas rebeldes”, del mismo autor pero como Clark Carrados, nº 222 de “Héroes del Espacio”, “Robots prohibidos” es otra de las aventuras que el novelista de Haro dedicó  a la robótica, uno de los temas que más cultivó dentro de la ciencia ficción.
 

En esta ocasión, como en muchas otras, Lecha plantea una conspiración a nivel planetario, en la que ciertas personas emplean a un tipo de robot muy especial. Los autómatas prohibidos del título no llevan incorporadas las tres leyes de Asimov, siendo, en la práctica, capaces de llevar a cabo cualquier acto, aunque ello implique la pérdida de una vida humana. Obviamente, Parrish no enuncia las leyes asimovianas textualmente, pero en la práctica viene a ser lo mismo. El caso es que el protagonista, Roy Coleman, se ve envuelto casi casualmente en una aventura extraordinaria, en la que tendrá que enfrentarse a esos sofisticados y peligrosos androides y a quienes les han programado para actuar como auténticos asesinos. Como es habitual en los relatos de Lecha, el héroe contará con la ayuda de una hermosa chica, May Haskell, y la de un grupo de incondicionales amigos.
 
Bolsilibro muy entretenido, como todos los de Lecha, resulta un auténtico placer releerlo treinta y ocho años después de su publicación. El futuro descrito por el autor sigue teniendo su atractivo, y el modo en que trata el tema de los robots nos hace añorar su estupendo ciclo dedicado al androide Kabé, publicado por Toray en “Espacio, el mundo futuro”. Como creo haber dicho ya en alguna ocasión, los robots y su mundo fueron uno de los temas más queridos por Lecha, y sin duda “Robots prohibidos” es una de sus mejores novelas de Bruguera. Con gran habilidad, el novelista teje un relato absorbente, que engancha al lector desde la primera página y no lo suelta hasta su  espectacular final. A esas alturas de su carrera Lecha era ya un maestro, y lo demostró urdiendo una trama intrigante y divertida a la vez, en una novela quizá previsible, como por otra parte ocurría con todos casi todos los bolsilibros, pero que no defrauda en ningún momento. Ciencia ficción popular y de consumo, sí; pero de un nivel muy aceptable. Si podéis leerla, no dejéis pasar la oportunidad. La diversión está asegurada, y eso es mucho más de lo que ofrecen obras supuestamente de más enjundia.

 
Antonio Quintana
Octubre de 2014

miércoles, 22 de octubre de 2014

DIEZ AÑOS DESPUÉS



POR ANTONIO QUINTANA CARRANDI



Esta novela, nº 781 de la colección “Servicio Secreto”, data de julio de 1965, cuando el firmante de esta reseña contaba tan sólo nueve meses de edad, pero acabo de leerla por primera vez. Y debo reconocer que, a pesar de tratarse de un relato policial típico, con medio siglo a sus espaldas, mantiene todo su interés, siempre y cuando se tenga en cuenta al leerlo la época en que se editó y las características del mercado bolsilibresco para el que fue escrita. La intriga no decae en ningún momento, manteniendo al lector pendiente de cada una de sus páginas hasta la conclusión final, sólo desvelada en el último tramo de la historia.
 
¿De qué va la cosa? Pues del asalto a un furgón blindado, que transporta setecientos mil dólares, de los de hace cincuenta años, no lo olvidemos. El atraco sale a la perfección, pero el jefe de la banda asesina a sus esbirros y a los escoltas del envío de dinero, pues pretende quedarse con todo el botín. Uno de los guardias no muere en el acto, revelando algo sorprendente: el jefe de los asaltantes era una mujer.
 
Como la policía no parece tener ninguna pista de importancia, Doris Dynn, directora de la compañía propietaria del dinero sustraído, decide contratar los servicios del investigador privado Bart Claughely. Éste acepta el encargo e inicia sus investigaciones, asistido por su fiel secretaria y un grupo de colaboradores. El asunto se revela como un condenado embrollo, que parece conducir a un callejón sin salida. Para acabar de complicarlo todo, las investigaciones de Claughely parecen indicar la culpabilidad de Doris, que además mantenía cierta relación con uno de los atracadores muertos. Claughely deberá descubrir la verdad, aunque esto pueda conducir a la cárcel a Doris, de la que se ha enamorado.
 
“Diez años después” es una novela predecible, si se quiere, característica ésta común al grueso de la literatura bolsilibresca; pero  es un relato absorbente, que no defrauda en ningún instante. También es muy superior, al menos estilísticamente, a otras obras policiales de Lecha más recientes, pues en ella se aprecia la calidad de su prosa en la que yo considero su mejor etapa como escritor. Posteriormente, las editoriales reducirían el número de páginas de sus volúmenes, lo que se traduciría en una considerable merma de la calidad de los textos. Pero para eso todavía faltaba más de una década. Disfrutemos, pues, de una de las entretenidísimas intrigas policiales urdidas por Clark Carrados a mediados de los 60.
 


Antonio Quintana
Octubre de 2014

martes, 14 de octubre de 2014

LUCHAR POR MARTE


POR ANTONIO QUINTANA CARRANDI


El planeta rojo fue un escenario habitual en los bolsilibros de Luís García Lecha. Luchar por Marte, nº 289 de LCdE, aparecida en febrero de 1976, con cubierta de Salvador Fabá y firmada por el autor como Clark Carrados, es otra de esas entretenidas novelas con que nos obsequió el escritor de Haro.
 
En Luchar por Marte la colonización del cuarto planeta de nuestro sistema está en manos de la Marspace Energy, una corporación que suministra toda la energía que se consume en Marte, lo que le confiere un enorme poder sobre los colonos. Pero esa compañía tiene un oscuro propósito para el planeta. En los últimos tiempos ha estado comprando grandes extensiones de terreno a los colonos marcianos. De hecho, está utilizando prácticas mafiosas para obligar a éstos a vender, lo que está teniendo resultados muy negativos en el proceso de colonización. A pesar de ello, Dave Lay, que ansía labrarse un porvenir en el planeta, adquiere la granja de un colono que ha “decidido” emigrar, presionado por la ME. Los agentes de la corporación tratan de impedírselo sin conseguirlo, lo que los induce a tomar medidas drásticas contra el joven. Pero éste, animoso y decidido a hacer valer sus derechos, y también a desenmascarar los turbios planes de la ME, decide hacerles frente con la ayuda de Charlotte Hogan, una colonizadora que está pasando por graves apuros.
 
El Marte de esta novela es descrito por el autor como un mundo con una ténue atmosfera, que obliga a usar ropas de abrigo y mascarillas de oxígeno en el exterior. Obviamente, en 1976 todavía se sabía muy poco sobre ese planeta, así que la descripción de Lecha puede aceptarse. La vida se desarrolla bajo cúpulas estancas, una visión clásica que tiene todas las papeletas para hacerse realidad en un futuro a medio o largo plazo, y el transporte se realiza con los consabidos “coches marcianos” imaginados por el autor, cuya plasmación real es el fabuloso LER de la NASA. También destaca el protagonismo de los “zrinns”, unas criaturas alienígenas que son empleadas como peones por algunos colonos, y que demostrarán ser mucho más inteligentes de lo que sospechan sus jefes humanos.
 
Luchar por Marte es un bolsilibro y da lo que el lector espera recibir. Por supuesto que no puede compararse a otras obras ilustres ambientadas en el planeta rojo. Pero es mucho mejor que algunas novelas de más empaque que transcurren en Marte y que acaban revelándose como obras decepcionantes.  En todo caso, es una entretenidísima opción para desintoxicarse de otras lecturas más  farragosas y aburridas. Disfrutadla.


Antonio Quintana
Octubre de 2014

martes, 7 de octubre de 2014

VACACIONES SIN CRIMEN, VACACIONES PERDIDAS de CLARK CARRADOS (NOVELA COMPLETA)

 
 
 

Estimados amigos de Bolsi & Pulp: Como ya saben,  VACACIONES SIN CRIMEN, VACACIONES PERDIDAS del escritor Clark Carrados, fue la novela que ganó nuestra cuarta encuesta de repechaje. Esta es una novela policial correspondiente a la colección “PUNTO ROJO" de la editorial BRUGUERA, apareció con el número 1034 y fue publicada en 1982.
 
Agradezco infinitamente a nuestro colaborador Antonio Quintana, por cederme gentilmente las páginas de esta notable novela, que ahora comparto con ustedes en forma integra.

Para agrandar cada página, sólo deben pinchar sobre la imagen.


¡Disfrútenla y larga vida a los bolsilibros!


Atentamente: ODISEO…Legendario Guerrero Arcano.