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jueves, 28 de febrero de 2013

EN UN PLANETA DESIERTO

 
 
 
Murray Leinster es uno de los más importantes autores de ciencia-ficción de todos los tiempos, con una extensísima bibliografía a sus espaldas que abarca casi todas las variantes del género. Cultivó el relato corto, la novela y el artículo periodístico, y hasta hizo alguna incursión en televisión, pues series tan míticas como TIERRA DE GIGANTES y EL TUNEL DEL TIEMPO se basaban en ideas originales suyas. Fue, quizás, el autor más importante de La Edad de Oro de la Ciencia-ficción, que abarcó los años treinta y cuarenta del siglo pasado, durante los cuales Leinste r (cuyo verdadero nombre era William Fitzgerald Jenkins) publicó con regularidad en las revistas pulp, en las que vieron la luz algunas de sus mejores historias, como por ejemplo PRÓXIMA CENTAURI. Firmó sus primeros relatos como William Fitzgerald y F. Jenkins, pero adoptó el seudónimo por el que es universalmente conocido tras la II Guerra Mundial. Aunque sus mayores éxitos los alcanzaría en el campo de la ciencia-ficción, escribió también relatos de terror, policíacos y del Oeste. Leinster fue, al menos por lo que yo sé, el primer autor que utilizó el concepto de universos paralelos en un relato en fecha tan temprana como 1934, y en 1946 nos ofreció, en su relato UNA LÓGICA LLAMADA JOE, (título del ejemplar sudamericano que poseo, conocido en España como CORTOCIRCUITO) una extraordinaria anticipación de lo que llegaría a ser Internet, describiendo una sociedad en la que en cada hogar se dispondría de una lógica, o sea, de un ordenador, que estaría interconectado a otros muchos.
 
EN UN PLANETA DESIERTO, publicada en EE UU en 1964, es una obra menor de Leinster, pero nada desdeñable. Narra la extraordinaria aventura de Horn, ingeniero que es raptado por unos piratas espaciales para que arregle los motores de su nave y así poder salir al encuentro de un navío de carga y pasaje que transporta una importante suma de dinero. Se da la circunstancia de que en ese navío viaja la prometida de Horn. La nave mercante sufre una avería en sus motores y la tripulación y los pasajeros la abandonan en los botes salvavidas, llevándose con ellos, como es natural, el dinero que transportaban. La mayor parte de la acción de la novela transcurre en el planeta Carola, al que arriban los náufragos espaciales, y también los piratas en persecución de éstos. Horn, aprovechando una momentánea distracción de sus raptores, consigue escapar y pronto encuentra a los supervivientes de la nave mercante, entre ellos su amada Ginny. Con una hábil estratagema, utilizando el dinero como arma y jugando con la innata codicia humana, nuestro héroe consigue derrotar a los delincuentes y sacar a su prometida y al resto de los náufragos de aquel mundo hostil.
 
EN UN PLANETA DESIERTO es una aventura cienciaficcionera a la antigua usanza. A pesar de haber sido escrita a mediados de los sesenta, su estilo recuerda muchísimo el de aquellos entrañables cuentos de las revistas pulp, aunque mucho más perfilado. Es una historia sencilla, bien estructurada, que engancha al lector desde la primera página y consigue que sea casi imposible abandonar la lectura. En una época en la que la ciencia-ficción, o al menos una parte importante de ella, ha ido derivando cada vez más hacia visiones fatalistas, casi apocalípticas, del futuro, se agradece el poder disfrutar de una aventura espacial clásica, optimista y nada desasosegante. Una pequeña gran novela que en su modestia nos recuerda, al menos así lo creo yo, que en lo que a la ciencia-ficción se refiere, cualquier tiempo pasado fue mejor.
 
 
Título original: Invaders Of Space
Autor: Murray Leinster
Año de publicación: 1964
Editorial: Productos Compactos, S.A.
Colección: Infinitum, nº 8
Traducción: Juan Ramió
Edición: 1987

domingo, 24 de febrero de 2013

LAS PELÍCULAS DE CURTIS GARLAND



 

Como ya avisamos en Bolsi & Pulp, el maestro Curtis Garland lamentablemente nos dejó el pasado 5 de febrero.
 
Definitivamente nos ha dejado un grande de la literatura Pulp. Pero tanto en Bolsi & Pulp como en todo el mundo, nunca le olvidaremos y vivirá por siempre, pues sus libros seguirán siendo leídos por las futuras generaciones.
Pero hay otra cosa más aparte de los libros que nos ha dejado como legado, y esa son sus películas. Muchas personas desconocen que se han realizado cuatro films (todos realizados en España) de sus novelas.
Y es por ello, que ahora quiero hablarles sobre dichas películas, para que también recordemos al gran Curtis Garland por sus trabajos en el cine.


1- NO DISPARES CONTRA MÍ
 
                   


AÑO: 1961.
DIRECTOR: José María Nunes.
REPARTO: Ángel Aranda, Lucile Saint-Simon, George Rigaud, Ángela Bravo, Federico Fontenova, Julián Mateos, Ramón Durán.
GÉNERO: Thriller/Policíaco.
SINOPSIS:  El joven estudiante de derecho David (Ángel Aranda) se ve envuelto en una sucesión de pequeños hechos delictivos que le lleva a descubrir el cadáver del marido de su amiga francesa Lucile (Lucile Saint-Simon) en el maletero del automóvil en que huye hacia Francia, lo que hace que ella se una a su viaje. Película con una clara influencia de la Nouvelle Vague.
 
 


2- NUESTRO AGENTE EN CASABLANCA

              
 
AÑO: 1966.
DIRECTOR: Tulio Demicheli.
REPARTO: Lang Jeffries, Olga Omar, Isabella Biancini, Barbara Nelli, Pier Paolo Capponi, Rubén Rojo, Paco Morán, José María Caffarel, Sara Guasch, María Badmajew.
GÉNERO: Intriga/Acción.
SINOPSIS: Brian Kervin, agente de la CIA, está en Casablanca para recuperar un dossier con las actividades de un ex general nazi, ahora aliado de los americanos. Los rusos también están interesados y envían a su agente Dennis Shannon. Mientras, el agregado de la embajada alemana Van Heufen, incitado por su mujer Ingrid, se apodera del dossier para venderlo al mejor postor. Pero ha tenido ayuda de Nadia, la secretaria de la embajada, que es hija natural del general y quiere ser reconocida por éste. Kervin no pierde de vista a ninguno y sigue a Ingrid que se ha unido a Shannon, y así llega a encontrar a Van Heufen pero éste es asesinado. Finalmente, Kervin consigue el dossier pero es atacado por Nadia, aliada con Ingrid, que se apoderan de él y huyen.



3- SEXY CAT

    


AÑO: 1973.  
DIRECTOR: Julio Pérez Tabernero.
REPARTO: Germán Cobos, Lone Fleming, Monika Kolpek, Emilio Laguna, Mariano Vidal Molina, María Villa, Dyanik Zurakowska.
GÉNERO: Terror.
SINOPSIS: Martin Grandi, un dibujante alcohólico y arruinado, asegura ser el verdadero creador del comic que está de moda “Sexy Cat”. Un compañero suyo le robó las planchas originales de los dibujos de archivo, por lo tanto no puede demostrar ser su legítimo creador. Para ello contrata los servicios del detective Mike Cash. Martin le explica que Sexy Cat es una bellísima mujer que mata por puro placer y cada vez de una forma más original.

 

4- EL PEZ DE LOS OJOS DE ORO

                         


AÑO: 1974.
DIRECTOR: Pedro Luis Ramírez.
REPARTO: María Elena Arpón, Barta Barri, Wal Davis, Norma Kastel, Richard Kendall, Montserrat Prous, Ada Tauler.
GÉNERO: Suspenso/Giallo.
SINOPSIS: ¿Cuál es el misterio que encerraba aquella playa? ¿Hasta dónde podía una persona adentrarse en ella sin consecuencias? Quien lo intento pago cara su osadía y el o los asesinos no tuvieron en cuenta ni la belleza ni el miedo que se reflejaba en la mirada de la víctima. Una historia que atraerá la atención del espectador desde sus primeras imágenes.
 
 
 
Muy bien amigos, espero que hayan disfrutado de la información con los films del fallecido, pero a la vez eterno Curtis Garland.
Un abrazo a todos y saludos bolsilibrescos.

Atte: ODISEO… Legendario Guerrero Arcano.

miércoles, 20 de febrero de 2013

VACACIONES SIN CRIMEN, VACACIONES PERDIDAS

 
 
 
 
Aparecida en febrero de 1982, con el nº 1034 de la exitosa colección Punto Rojo de Bruguera y con una sugestiva portada de Martín, VACACIONES SIN CRIMEN, VACACIONES PERDIDAS se revela como una de las novelas policíacas más entretenidas que escribió Lecha en los últimos años de su carrera.
 
A Santa Maura, una idílica isla situada en algún rincón del Caribe, llega Sandy Sanders dispuesto a pasar las mejores vacaciones de su vida. Santa Maura es una pequeña joya natural, en la que no existen aglomeraciones urbanas de ningún tipo ni esas urbanizaciones turísticas que tanto han contribuido a destruir para siempre la belleza de lugares antaño maravillosos. Ni siquiera Rickview, la capital, es una ciudad propiamente dicha, si no más bien un conglomerado de edificios de poca altura, situados al parecer sin orden ni concierto y separados por amplias zonas verdes. Sanders se muestra fascinado por la belleza natural del entorno, todavía no mancillada por la acción del hombre, y se dispone a disfrutar de unas semanas de holganza en aquel pequeño paraíso. Lejos está nuestro héroe de sospechar que esas van a ser las vacaciones más agitadas de su vida.
 
La primera señal de que algo raro pasa en ese lugar la tiene Sanders nada más bajarse del hidroavión que le ha llevado hasta allí. El nativo que se acerca en un bote a recogerle se dirige a él como señor Spotter, aunque rápidamente le pide disculpas por ello, alegando que había olvidado que el recién llegado quería mantener el incógnito sobre su identidad. Al principio Sanders no hace caso y se limita a disfrutar del paisaje, mientras el bote se arrima al muelle de pilotes de madera, en el que se encuentra una hermosa joven rubia. Richard, el barquero, le dice a Sanders que la muchacha es Charity Howell, pero no añade nada más.
 
Richard le conduce al único hotel de la isla en un viejo automóvil. La dueña del establecimiento es Mamá Fevalle, una oronda mujer que es, además, la alcaldesa de Rickview. Mamá Fevalle se muestra muy cortés con Sanders, pero también muy misteriosa. Sorprendentemente, invita al recién llegado a cenar con ella, y cuando Sanders acepta, ella responde que le conviene. Sanders empieza a preguntarse si ha hecho bien en gastarse la mitad de sus ahorros en aquellas vacaciones en una isla en la que la gente parece estar medio loca. El barquero se había dirigido a él por un nombre que no era el suyo, y Mamá Fevalle empleaba un tono irónico cuando le llamaba señor Sanders. ¿Qué le pasaba a la gente de esa isla? Cada vez más molesto, nuestro protagonista se dirige a su habitación, en la que le espera una desagradable sorpresa. Alguien ha dejado allí una nota amenazadora. Su presencia no es deseada en Santa Maura y lo mejor que puede hacer es irse por donde ha venido, si quiere disfrutar de una larga existencia. El anónimo va dirigido al señor Spotter.
 
Sanders decide hacer caso omiso de esa nota. Si en Santa Maura están todos mal de la cabeza, allá ellos. Él ha ido allí a disfrutar de un merecido descanso y no está dispuesto a permitir que nadie le amargue las vacaciones. Durante la cena, Mamá Fevalle le pone al tanto de algunas curiosidades históricas de la isla. Aparte de eso, la oronda alcaldesa le proporciona algunos sabrosos detalles de la vida en Santa Maura, tales como el asesinato del anterior alcalde de Rickview, Ray Harmony, y la existencia de dos bandas rivales enfrentadas por el control del negocio del contrabando. Tras contarle todo esto y algunas otras cosas más, Mamá Fevalle le dice que se alegra muchísimo de que viniera, aunque fuera bajo otra personalidad, y le pregunta cuáles son sus honorarios.
 
Sanders no sale de su asombro. La alcaldesa, al parecer, le confunde con un tal Spotter, que pasa por ser el mejor detective privado de todo el Sudeste de los Estados Unidos, individuo al que ella ha contratado para que evite una guerra de hampones en Santa Maura y de paso descubra al asesino o asesinos de Harmony, ya que en la isla no hay policía ni nada parecido. De nada sirven los argumentos de nuestro héroe. Mamá Fevalle está convencida de que él es Spotter y le dice que en su habitación encontrará un sobre conteniendo un esquema de la situación en Santa Maura y abundante información sobre los personajes implicados.
 
Nuestro protagonista, irritado por la estúpida confusión de que es objeto, está a punto de irse de aquella isla de locos. Pero ha gastado su buen dinero en aquellas vacaciones y no está dispuesto a permitir que nadie se las estropee, de modo que decide quedarse. Y así, Sandy Sanders acabará envuelto en una enrevesada trama criminal, en la que los asesinatos más crueles estarán a la orden del día. Impelido por las circunstancias, nuestro protagonista deberá hacer uso de toda su inteligencia para salir con vida de ese avispero de criminales en el que se ha metido al elegir Santa Maura para pasar sus vacaciones. En el transcurso de su aventura, Sanders descubrirá que Harmony, el alcalde asesinado, era hijo de Mamá Fevalle y que, además de Vardo y Chairman, los cabecillas de las bandas de contrabandistas, hay una tercera persona en la sombra que pugna por hacerse con el control de Santa Maura. Nuestro héroe acabará aliándose con Charity Howell, que parece ser la única persona decente en todo ese maldito embrollo, y entre los dos lograrán desenmascarar al criminal que se oculta en las sombras.
 
VACACIONES SIN CRIMEN, VACACIONES PERDIDAS es una magnífica muestra de la novela policíaca que cultivaba Lecha. Como siempre, el protagonista es un hombre de lo más normal, en este caso un turista que se ve envuelto, sin comerlo ni beberlo, en una peligrosa trama criminal. En las novelas policíacas de Lecha raras veces aparecía el típico y tópico policía o detective privado de una pieza, omnipresente en la obra de otros autores. Sanders es el clásico héroe forzoso lechano, el hombre corriente que no busca problemas pero que sabe hacerles frente con entereza cuando se presentan. Un protagonista con el que el lector puede identificarse más fácilmente que con los policías, detectives privados o agentes secretos descritos por otros autores.
 
Santa Maura, lógicamente, no existe. No la busquéis en un mapa del Caribe, porque se trata de una invención del autor. La situación jurídica de esta isla ficticia es muy peculiar. Aunque descubierta por los españoles y ocupada, a lo largo de la historia, por otras naciones, curiosamente ninguno de esos países tomó posesión formalmente de ella. Sin embargo, la Corona Española le atribuyó la propiedad de la isla a su descubridor, como pago a los servicios prestados por éste a España. Y se da la circunstancia de que Charity Howell, a pesar de su apellido anglosajón, es descendiente directa de don Francisco de Moraleda, el primero en desembarcar en Santa Maura en 1516, lo que la convierte en dueña de la isla, extremo corroborado por ciertos documentos encontrados en un archivo español. Como es natural, alguien pretende evitar que esos documentos lleguen a manos de la muchacha, y será Sanders quien consiga frustrar los planes del criminal anónimo que pretende hacerse con el control de Santa Maura. Huelga decir que Sanders y Charity se enamoran y el hombre decide quedarse en la paradisíaca isla, en compañía de la muchacha.
 
La intriga, el misterio y la acción se conjugan perfectamente, matizados por el fino sentido del humor tan característico del autor, en VACACIONES SIN CRIMEN, VACACIONES PERDIDAS. Una novela que cumple a las mil maravillas la función para la que fue escrita: entretener. No se puede pedir más.

miércoles, 13 de febrero de 2013

GRACIAS, CURTIS (EN MEMORIA DE JUAN GALLARDO MUÑOZ)

 
 
 
Los entusiastas de los bolsilibros estamos de luto riguroso. Hace unos días fallecía Juan Gallardo Muñoz, uno de los autores más representativos de la literatura de evasión en lengua española. La noticia de su muerte conmocionó al colectivo de aficionados que, a través de Internet y las redes sociales, tratamos de recuperar y reivindicar la obra y la memoria de aquellos “forzados de la pluma” que, trabajando a destajo y no siempre en las mejores condiciones profesionales, tanta alegría llevaron a nuestra infancia y juventud con sus modestos pero siempre emocionantes relatos.
 
La primera novela suya que leí fue, con toda seguridad, de ciencia ficción, aunque a día de hoy no recuerdo su título. Esto tal vez se deba al hecho de que, en lo que a la CF se refiere, Curtis Garland nunca fue uno de mis autores preferidos. Sus novelas de esta temática eran entretenidas y a menudo sorprendentes, pero, por la razón que fuese, no me enganchaban tanto como las de otros colegas suyos. En mi modesta opinión, Gallardo destacó más en los géneros policiaco y del Oeste. Pero la temática en la que demostraría ser un verdadero maestro fue, a mi juicio, la del terror. A principios de los años setenta,  Bruguera lanzó su celebérrima serie “Selección Terror”, de la que Gallardo llegaría a ser el autor estrella, firmando habitualmente como Curtis Garland, y ocasionalmente como Donald Curtis. Todavía conservo la primera obra de horror suya que cayó en mis manos, “Necrofagia”, nº 35 de “ST”, aparecida en octubre de 1973. Esta fue, también, la primera novela de terror que leí, por lo que ocupa un lugar destacado en mi extensa biblioteca de bolsilibros. Se trataba de un relato absorbente, con una conseguida e inquietante atmósfera gótica, que devoré de un tirón una fría y lluviosa noche invernal de hace ya demasiados años. La obra me impresionó tanto que Garland pasó a ser mi autor de cabecera en ése género, como Lou Carrigan lo era en el policíaco, Mallorquí en el Oeste, y Enguídanos, Luís García Lecha y Ángel Torres Quesada en la ciencia ficción. Con el paso del tiempo,  fui atesorando centenares de bolsilibros de todas las temáticas, y no tardé mucho en adivinar que Curtis Garland y Donald Curtis eran la misma persona, de modo que organicé una sección aparte en mi biblioteca para él, en la que, como es natural, la CF y el terror ocupaban un lugar destacado. Muchos años más tarde llegaron a mis manos unos westerns editados por Astri y firmados por un tal Kent Davis. Me bastó leer uno de ellos para identificar el estilo inconfundible de Donald Curtis, seudónimo con el que Gallardo firmaba sus novelas del Oeste publicadas en las colecciones de Bruguera. Gracias a los trabajos del experto y documentadísimo José Carlos Canalda Cámara, a quien mando un saludo desde aquí,  supe que Gallardo, al igual que otros muchos autores de bolsilibros, había firmado buena parte de sus obras con una colección de alias de lo más variopinta, lo que me facilitó considerablemente la tarea de buscar novelas suyas con las que enriquecer mi fondo bolsilibresco. Actualmente, la sección dedicada a este magnífico autor es la cuarta en importancia, por número de ejemplares,  de mi biblioteca de bolsilibros. Y eso sin contar las obras suyas que he podido conseguir a través de la red en formatos digitales, que también son numerosas.
Aparte su vasta producción bolsilibresca, Juan Gallardo escribió un buen puñado de obras de las más diversas temáticas, siendo uno de los pocos autores que logró seguir escribiendo y publicando tras la desaparición de las editoriales especializadas en bolsilibros. Entre esas obras destaca YO, CURTIS GARLAND, una breve pero completa autobiografía, publicada por Editorial Morsa, que ha devenido en un documento imprescindible para todo aquel que desee profundizar tanto en la vida de Juan Gallardo Muñoz, como en la historia de la novela popular española.
 
Los bolsilibros o “novelas de a duro”, como cariñosamente se las conoció en España durante mucho tiempo, marcaron profundamente a varias generaciones de lectores de habla castellana en todo el mundo, mal que les pese a los adalides de la cultura elitista y snob, que tanta bilis vertieron contra ellos sólo por simple y pura envidia. Aquellos modestos e industriosos trabajadores de la pluma tan sólo aspiraban a proporcionar a sus lectores un poco de sano entretenimiento, que les permitiese evadirse, siquiera durante un par de horas, de una realidad a menudo triste y gris. Lograron su objetivo con creces, y aunque sólo fuera por eso, merecerían ser recordados con respeto. Juan Gallardo Muñoz, Curtis Garland—su seudónimo más popular—fue uno de los  mejores. Así pues, gracias, Curtis, por la felicidad que trajiste a mi existencia con tus inolvidables relatos. 
 

viernes, 8 de febrero de 2013

¡ADIÓS CURTIS GARLAND!












EL MUNDO BOLSILIBRESCO ESTÁ DE DUELO.

Para todo el equipo de Bolsi & Pulp y principalmente para quien esto escribe, es motivo de un gran dolor notificarles de que ha fallecido el gran Curtis Garland.
El pasado martes 5 de febrero del presente 2013, muere en el transcurso de la tarde el maestro  Juan Gallardo Muñoz, también conocido por su seudónimo de Curtis Garland. Con él se fueron para siempre también Donald Curtis, Mark Savage, Johnny Garland, Jason Monroe, Adisson Star, Frank Logan, Dan Kirby, Elliot Turner, Glenn Forrester y algunos otros seudónimos más que él usaba para sus novelas.
Su muerte ha calado hondo en todo el mundo bolsilibresco, pues ha dejado un espacio muy difícil de llenar para todos los amantes de la literatura Pulp.

  
Juan Gallardo vivió una vida complicada. La raza de libros a la que consagró su vida —novelas “de a duro”, se las llamó durante mucho tiempo, historias de detectives y de vaqueros, de marcianos y aventureros—  eran alumbrados con la bendición del lector de la calle, pero sin campaña de promoción ni entrevistas al autor ni apoyo de la editorial ni nada. El mundo conocía a Curtis Garland, los amantes de la literatura popular lo admiraban, coleccionaban sus novelas. Varias generaciones de lectores han disfrutado de sus libros.

Juan Gallardo nació en 1929, y tuvo una dura infancia como niño de la guerra y la posguerra. Hijo de actores profesionales y marcado por la temprana separación de sus padres, algo totalmente inusual en la época, él mismo intervendría durante algún tiempo en el mundo de la farándula con notables resultados, ejerciendo también oficios tan dispares como periodista —se mostraba orgulloso de haberse codeado con importantes estrellas de Hollywood—, guionista cinematográfico, dramaturgo... y escritor de bolsilibros, donde se dedicó a escribir en todos los géneros literarios que han existido y además a la postre acabaría siendo su principal actividad en editoriales tan significadas como Bruguera, Rollán o Toray, entre otras, la cual no abandonaría ya hasta que el colapso de la literatura popular, allá hacia mediados de la década de los ochenta junto con los coletazos finales durante los primeros años noventa del pasado siglo, acabará de forma abrupta con lo que hasta ese momento había sido su medio de vida. Era capaz de escribir una novela a la semana sobre el género que fuese necesario.

 
Mientras tanto, Juan Gallardo vivía tranquilamente en el barrio del barcelonés del Poble Sec, a un minuto del teatro El Molino, protegido por su anonimato y tras sus gafas de sol. No conservaba sus manuscritos. Apenas tenía unos cientos de sus novelas publicadas. A pesar de las dificultades, costaba borrar de su rostro una sonrisa optimista bajo ese bigote cano, tan característica como sus muchas gorras de béisbol.  

Hace algunos años, el editor Gabriel Bravo reeditaba en Morsa una de sus novelas y le pedía que escribiese sus memorias, un libro precioso que vería la luz con prólogo de otro de sus mayores admiradores, el escritor Javier Pérez Andújar, y que constituye una auténtica lección de humildad y honestidad, además de una crónica fantástica del fenómeno de los bolsilibros. Estoy hablando del libro “YO, CURTIS GARLAND” publicado en el 2009.
 
Dicho libro es de una importantísima aportación al estudio de la literatura popular española. Juan Gallardo fue sin discusión uno de los principales autores de bolsilibros —su producción rebasa los 2.000 títulos— y asimismo uno de los más asiduos colaboradores en las colecciones de ciencia ficción a lo largo de medio siglo, que no es decir poco, y segundo porque al menos en esta ocasión es por suerte el propio autor quien nos relata su intensa —en todos los sentidos— y fructífera vida.
Su pseudónimo más célebre volvía a figurar en el mapa. Le llamaban para entrevistarlo, lo invitaban a festivales literarios, daba charlas, presidía una tertulia en el Paralelo de Barcelona, estaban rodando un documental sobre él y el mundo literario al que pertenecía. Junto con su compañero de fatigas Frank Caudett (uno de los nombres de guerra de Francisco Caudet, otro histórico del Pulp hispano), seguía escribiendo novelas para kioscos de varios países de Latinoamérica. Volvía, en suma, a una actividad febril. De hecho, durante los últimos meses de operaciones y convalecencia hospitalaria, escribió a mano dos novelas. Cuando el martes por la tarde murió en el Hospital Clínic de Barcelona a la edad de 83 años, en su mesita auxiliar, junto a una novela de Agatha Christie, descansaban las pruebas editoriales de Asesinatos exquisitos, una novela firmada de nuevo por Curtis Garland y ambientada en el Londres victoriano, donde una pareja de detectives tenía que vérselas con un asesino oculto tras una máscara veneciana. Se mantuvo al pie del cañón hasta el último momento. Prácticamente, murió con el bolígrafo en la mano.



Empezó su carrera a los quince años, escribiendo críticas sobre cine, y carteándose con actores y cineastas a los que admiraba (Walt Disney, Judy Garland). Fue actor de teatro clásico, guionista de cine y un amante del fútbol. A los que de momento nos quedamos aquí, nos quedan y nos quedarán para siempre sus novelas, y un ejemplo al alcance de muy pocos.
Desde Bolsi & Pulp, damos un muy sentido y sincero pésame a familiares, amistades y a todos sus seguidores.

¡ADIÓS CURTIS GARLAND!


domingo, 3 de febrero de 2013

RECICLAJE BOLSILIBRESCO PARTE VEINTIDÓS

 
En esta ocasión revisaremos una cubierta del ilustrador Desilo, que ha sido utilizada en al menos dos ocasiones.

En ambas fue utilizada para novelas policiales, concretamente para la colección Punto Rojo. Primero para una novela de Alf Regaldie y posteriormente en una del maestro Lou Carrigan.

Y como ya es costumbre, las preguntas son muchas… y el Reciclaje Bolsilibresco parece infinito.

 
¡Un abrazo a todos y saludos Bolsilibrescos!

Atte: ODISEO... Legendario Guerrero Arcano.
 
TÍTULO: EL MUERTO ERA YO
AUTOR: ALF REGALDIE
COLECCIÓN: PUNTO ROJO (Nº 704)
EDITORIAL: BRUGUERA
EDICIÓN: 1975
 
TÍTULO: JUERGA EN MONTECARLO
AUTOR: LOU CARRRIGAN
COLECCIÓN: PUNTO ROJO (Nº 7)
EDITORIAL: EDICIONES B
EDICIÓN: 1990